Nuestra experiencia social se maneja bajo diferentes patrones en la vida real y muy probablemente la sutileza de nuestras acciones sean un tanto diferentes dependiendo de la región del mundo donde nos encontremos. Cada cultura es distinta. Sin embargo, en el mundo digital por más raro que parezca, esas diferencias se atenúan y nuestro comportamiento y la forma en como interactuamos con las diversas herramientas digitales siguen una pauta casi homogénea. Dicho esto, estas características pueden servirnos de base para construir una eficaz estrategia de redes.