Humanizar lo mundando
Hay demasiadas aristas en esta entrega de Papel Higiénico Paracas, y creo que es momento de sentarnos unos minutos a analizar ciertos detalles que, quizá, no están siendo aplicados de la mejor manera. Temo que esto refleja una constante inquietante en nuestro mercado: una especie de necesidad casi desesperada por atribuir, como si fueramos deidades, cualidades humanas a lo inerte.
Lo narrado por Mercado Negro brinda un buen contexto, así que me enfocaré en desentrañar las sutilezas de una estrategia que, en mi opinión, porta un doble filo evidente. La idea de combinar un producto cotidiano como el papel higiénico con el arte artesanal puede parecer inusual a primera vista. No obstante, desde el enfoque de la estrategia de marca, puede abrir un abanico de oportunidades únicas, pero también llevarnos a un declive considerable si no se ejecuta con precisión.
Un Contexto con Matices
Paracas no es un jugador nuevo en este tipo de tendencias. Aunque llegó un poco tarde en comparación con otros competidores, ya cuenta con campañas alineadas con este enfoque. Ahora bien, no perdamos de vista una verdad fundamental del producto en cuestión: el papel higiénico es, ante todo, un producto funcional, a menudo relegado en las conversaciones sobre Branding. Sin embargo, al vincularlo con el arte, se eleva de lo práctico a lo cultural, convirtiéndose en algo más que un producto utilitario. Esta transformación puede alinearse con una narrativa de marca artística o premium.
Los consumidores disfrutan de las marcas que cuentan historias, especialmente aquellas que celebran la cultura, la artesanía y la comunidad. En este sentido, los pintores artesanales aportan profundidad emocional, herencia y autenticidad, valores que resuenan profundamente con quienes buscan compras significativas. Este recurso ha sido capitalizado con gran éxito por marcas de lujo, y hay decenas de ejemplos que lo avalan.
Además, una colaboración así podría atraer a consumidores más jóvenes, como Millennials o Gen Z, quienes valoran la creatividad en lugares inesperados. Imaginense por un momento a alguien comprando papel higiénico con diseños artísticos, no solo por necesidad, sino por su novedad o como reflejo de sus inclinaciones culturales. Suena estimulante, ¿no?
Juego de Cartas
Aquí es donde surgen mis inquietudes. La colaboración eleva las expectativas, pero si no se ejecuta con rigor y autenticidad, puede significar un disparo en el píe. Un enfoque distinto, por ejemplo, en papel ecológico, artesanal y alineado con valores sostenibles podría ser bien recibido por consumidores conscientes del medio ambiente. Sin embargo, para que esta narrativa funcione, necesita ser tangible y demostrable: ¿el producto realmente se percibe como de mayor calidad? ¿El consumidor entenderá el valor añadido sin sentirse confundido o estafado?
Con frecuencia digo que "menos es más". Sobrecargar un producto funcional con una narrativa artística mal implementada puede alejar a la audiencia principal y diluir la identidad de marca. Transformar colaboraciones artesanales en producción masiva, además, arriesga la autenticidad que estas asociaciones deberían resaltar. Esto es, lo arriesgado de la apuesta.
El Dilema del Branding Cultural
En un mercado saturado, la diferenciación es clave. Este tipo de colaboraciones permite a una marca insertarse en conversaciones efectivamente culturales, proyectándose como innovadora y en sintonía con las tendencias. Sin embargo, el desafío está en evitar que se perciba como un simple truco de marketing.
Si la campaña carece de conexión con los valores de la marca, los consumidores podrían percibirla como pretenciosa o falsa. Además, el precio también es un factor crítico: el papel higiénico es un producto de bajo coste, y un aumento significativo en estos podría alienar al público objetivo.
Evitar el Papelón
Aunque valoro la creatividad detrás de esta idea, divertida de ver y apreciar, considero que su implementación requiere un delicado equilibrio. Si el objetivo es construir una identidad premium o artística, podría funcionar como una edición limitada o parte de una campaña ecológica. Pero si la ejecución resulta superficial, desalineada o peor aún, intencionada a funcionar como un artificio viral, el esfuerzo podría terminar confundiendo negativamente tanto a los clientes tradicionales y usuales como a los potenciales.
Al final, lo importante no es solo parecer artístico, sino serlo en esencia y ejecución. Solo así, una colaboración tan audaz y en mi opinión pretenciosa podrá consolidar valor y generar impacto sin perder el núcleo esencial del producto y desvirtuar el alma de la marca.